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Un poco sobre el reconocimiento, aprecio y cuidado de sí mismo.

  • Foto del escritor: Maestros Kebo & Naki
    Maestros Kebo & Naki
  • 8 ene 2021
  • 4 Min. de lectura

La reflexión e información de hoy tiene relación con nuestra formación como persona, pensando en que el humano es un ser social.


Es sabido que, para lograr una eficiente interacción con los demás, necesitamos un trabajo previo con nosotros mismos, el que en un principio es inconsciente y pareciera ser casi automático. Para tener éxito y coherencia en nuestras relaciones sociales, debemos encargarnos de, por llamarlo de una manera, "departamentos" fundamentales dentro de nuestro ser. A grandes rasgos, hablamos del cuidado propio, del reconocimiento y aprecio de nosotros mismos y del reconocimiento y expresión de emociones y sentimientos. Directamente vinculado con la autoestima, cuya alteración negativa se puede ver reflejada en acciones dañinas, tanto para los receptores de nuestras interacciones como para nosotros mismos.


En cuanto al cuidado de de sí mismos, hablamos de la importancia de llevar a cabo prácticas saludables y normas básicas para el autocuidado, bienestar y seguridad. Desde lo básico como en la alimentación, higiene personal y vestuario, hasta lo más complejo, como en relación a lo emocional y lo físico con otras personas. Sobre el reconocimiento y aprecio propio, nos referimos a la consciencia de nuestras preferencias, características, atributos corporales y personales.


En la educación de la primera infancia, se suele tratar más las temáticas de prevención de riesgos, pero debemos procurar que posea mayor prioridad dentro de las familias, las escuelas, en los lugares de trabajo y otros espacios, aún más si en ellos conviven varias personas.



Cada una de estas temáticas son factibles de tratar con párvulos, niños, adolescentes y adultos, adaptándolas a su desarrollo físico y mental y a su contexto.



En esta línea, los conceptos básicos que debemos conocer y recordar para trabajar sobre lo que somos y sentimos, por un lado son: la identidad como tal, la identidad sexual y de género, la imagen corporal, autoestima y el autoconcepto; y por otro: emociones y sentimientos.


A continuación, definimos brevemente estos conceptos y exponemos ideas certeras sobre el de identidad.



Además, Pablo Páramo explica sobre la construcción psicosocial de la identidad, aclarando algo que se suele confundir inconscientemente: la diferencia entre la identidad y la personalidad, buscando definir de la mejor manera la primera. A continuación, compartimos extractos de su trabajo y con sus propias palabras:


“El concepto de identidad se diferencia del de personalidad, o viene a sustituirlo, precisamente en el énfasis que se otorga en la situación social, la interacción con otros y la influencia de las instituciones en la construcción de tal identidad. La noción de personalidad, de gran tradición psicológica, enfatiza en las expresiones internas del individuo, que lo hacen comportarse de una manera estable una vez integrada durante la infancia, a lo largo del tiempo o de la vida de la persona y que a la vez lo hace reconocible por parte de los demás. Así, unos individuos son de personalidad extrovertida o introvertida, tipo A o B; estas son características que se mantienen estables durante toda la vida del individuo.”


“Tanto psicólogos como sociólogos estamos de acuerdo en que nuestra identidad (la manera como somos reconocidos por los demás) es el resultado de la interacción que tenemos con los demás. Y es gracias al lenguaje precisamente, que comenzamos a construir socialmente la identidad del individuo. El lenguaje nos hace personas; a través del lenguaje creamos las condiciones para identificar a las personas, y como veremos a continuación, para reconocerse a sí mismas a partir de lo que los demás dicen de ellas y de la diferenciación respecto de los demás.”


“El conocimiento que tenemos de nosotros mismos es el resultado de las demandas que hace la cultura por observar a través de las categorías verbales empleadas para ello, lo que se quiere que se observe de nosotros mismos. El autoconcepto y la identidad son adquiridas a partir de las interacciones sociales, a través de la familia, el lenguaje y demás contingencias ambientales, a lo largo de toda la vida en la interacción con otros, pero con un mayor impacto en los primeros años de vida del individuo.”



Destacamos también, lo dicho por José Ángel García Retana sobre la importancia de la educación emocional en el proceso de aprendizaje.


“Las emociones implican una re-significación de los eventos o sucesos, lo que permite comprender y aceptar que la cognición y la emoción se afectan recíprocamente, por lo que la persona que se educa debe ser considerada como una mezcla de razón y emoción, de manera tal que separar estos dos componentes sería atentar contra el carácter humano del ser humano.”


Teniendo en claro lo anterior, no está de más destacar la relevancia de trabajar estos aspectos desde muy pequeños, no solo como discurso, sino que también como práctica, con hechos y objetos en concreto, con ejemplos de nuestras propias vidas y de las que observamos, preferentemente utilizando el lenguaje, dando nombre a las acciones y del por qué hacerlas o evitarlas.


Los invitamos a leer los artículos utilizados en esta publicación, de los autores Pablo Páramo y José Ángel García Retana, disponibles respectivamente, haciendo click en sus nombres.


En la próxima entrada, hablaremos más acerca de las emociones y los sentimientos como conceptos.


Esperamos que esta publicación haya sido de su interés.



¡Saludos!



Maestros Kebo & Naki del Taller K7

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